lunes, 26 de marzo de 2012

Ele

Llevo un buen rato mirando esta entrada. No sé por donde empezar ni como explicarme. Ya me he hecho grande. Ya estudio una carrera, trabajo, corro peligro en la carretera y tengo unos firmes planes de futuro. No creo en la teoría de la reminiscencia porque aún para mí no se ha demostrado, no creo en los espíritus ni en almas vagando por el mundo a sus anchas. Sólo sé que creo en ti.

No sé que viste en esa cuerda que tal decisión te hizo tomar pero, tuviste tus motivos, supongo. Y, créeme, creo que ahora te comprendo. No veo la gravedad como para actuar así pero, me han enseñado a respetar decisiones y aunque me duela el alma al decirlo, respeto la tuya. Me privaste de poder estar ahora a tu lado en vez de estar escribiendo esto al aire, pero lo tomaré como vía de escape.

 Hace unos meses, también te escribí, por arte de magia el sueño desapareció tras haberlo escrito, te echo de menos y ya no es algo que cambie de intensidad, es algo que permanece en mí, todos los días de mi vida.

Todo ha cambiado, la familia sin ti ya no es lo que era, de hecho, ya parte de ella, no es familia para mí aunque me duela decirlo. Aun así, he de admitir que confío en que todo vuelva a la normalidad.

Hazme un favor, perdóname por no haber ido a verte en todos estos años. Te he llevado en mi alma, en mi corazón y en mi mente. He hablado de ti, he lamentado y llorado lo ocurrido y he prometido...

Que jamás te olvidaré.

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